Mis hábitos atómicos
Una de mis rutinas favoritas cuando vivía en Florencia era dedicarme los domingos a perderme durante horas en las tres librerías del centro, los fines de semana que no me iba a visitar otras ciudades italianas. En verano, era una buena excusa para huir del calor y de los turistas que transitaban las calles, y en invierno, para esconderme del frío y de la lluvia intermitente que adornaba la ciudad.
Durante mi vuelta a Florencia, no podía faltar ese hábito. Tras hojear varios libros y no decidirme por ninguno durante un par de días, acabé casi sin saberlo, por escoger uno de los libros con el que más me identifico: Piccole abitudini per grandi cambiamenti, de James Clear. Había escuchado hablar de ese libro: Atomic Habits, pero en un primer momento no me había dado cuenta de que fuese este, hasta que durante mi escala interminable en el aeropuerto, empecé a leerlo. El libro habla sobre la importancia de los hábitos, de las rutinas que llevamos a cabo día a día, y de como, si queremos instaurar un nuevo hábito, no debemos simplemente centrarnos en ese nuevo objetivo y cambiar nuestras acciones sino ir más allá, cambiar nuestra identidad, identificándonos con esa nueva versión de nosotros mismos en la que dichos nuevos hábitos son entonces un estilo de vida a largo plazo.
Creo en la importancia de las rutinas. Para mi es muy importante llevar a cabo esos hábitos que aumentan mi bienestar. Yo lo llamo, rutinas y acciones que recargan mis pilas del bienestar. Como si de una pila o una batería se tratase, las acciones que llevo a cabo durante mi día se centran sobre todo, en recargar la batería. Las acciones que llevo a cabo son las siguientes:
Los amaneceres y los atardeceres son, para mi, el momento más especial del día. Con esa luz anaranjada que tiñe los espacios, creo que es un momento idóneo para centrarse en uno mismo y llevar a cabo rutinas de autocuidado.
Mis días se desarrollan de la siguiente manera:
- Me despierto entre las 6 y las 8h de la mañana y escribo varias páginas junto al primer café del día. Si puedo contemplo el amanecer, según el lugar en el que me encuentre. Me gusta practicar aquello que yo llamo la slow writing o escritura consciente. Es una forma de centrarme en el momento presente, de agradecer, de reflexionar. Me gusta dedicarme entre 45 minutos y 90 minutos a ello. Pongo en orden mis ideas, planifico mis días, mis semanas, mis proyectos y avanzo en mis proyectos de escritura.
- Posteriormente me gusta activarme, salir a caminar o a correr junto a la naturaleza, contemplar el día despertándose, el mar en calma, para luego volver a casa a desayunar.
- En verano, tras ello, voy a la playa, a alguna cala en la que poder relajarme y disfrutar del mar. Me encanta leer y escribir bajo el sol, bañarme en las aguas cristalinas de mi isla mediterránea.
- Después de comer, dedico unas horas a trabajar en mis proyectos. Por ejemplo, a preparar una exposición de fotografía, a crear contenido para redes sociales, a avanzar en los libros que estoy escribiendo, a realizar el Coaching deportivo y los programas personalizados de mi proyecto EmpoderArte, a resolver temas burocráticos. Para ello, me gusta irme a algún café de la ciudad o junto al mar en el que poder fluir. Un par de días por semana, quedo con mis amigas o paso tiempo en familia. Es importante tener un equilibrio en el que dedicarse tiempo a uno mismo y a las personas que quieres, además del trabajo y del ocio.
- Por la tarde entreno y paseo junto al mar. Mi objetivo diario es un mínimo de 12k pasos, 45 minutos de cardio y media hora de entreno de fuerza 5-6 días por semana. El deporte te mantiene activo, segrega hormonas del bienestar y tiene grandes beneficios tanto para el cuerpo como para la mente.
- Por último, me gusta acabar mis días recapitulándolos, agradeciendo los buenos momentos, haciéndome consciente de aquello que he aprendido, que he conseguido, que he tachado de mi lista de To Do, y cerrar el día con alguna película o alguna serie antes de dormir.
Los días en los que trabajo volando, intento adaptar mi rutina a las horas de vuelo, pero en general intento siempre llevar a cabo aquellas rutinas que me hacen sentir bien.
Becca Lago