Cómo afrontar los problemas de pareja
Como psicóloga, suelo ver en consulta que uno de los principales problemas en las parejas es que, a veces, uno de los dos miembros o integrantes de la pareja está demasiado centrado en aquello que no funciona entre ambos. O más bien, en los errores que comete el otro. Como si de un tira y afloja se tratase, o un toma y daca, siempre hay uno que da más, en el buen y en el mal sentido.
Siempre hay uno que critica más las acciones de la otra persona, usando como excusa el comportamiento de la otra persona como causante del mal funcionamiento de la relación. Sin darse cuenta que uno de sus grandes fallos es atacar a la otra persona. Que centrar la atención en lo malo y criticar la forma de actuar y de responder de su pareja no es algo positivo. Que de esa manera, difícilmente conseguirá mejorar la dinámica de la relación sino más bien, todo lo contrario, empeorarla. Las críticas y las acusaciones solo traen más críticas y un aumento del malestar entre ambos. No podemos regar una planta con agua sucia y esperar a que esta crezca fuerte, sana y bonita. Por ello, como terapeuta, uno de los puntos fuertes que creo que deben trabajarse en terapia es:
- Aprender a respetar a la otra persona (sus fallos, su comportamiento, sus decisiones). No podemos ni debemos intentar cambiar a la otra persona, al igual que no nos gustaría que la otra persona lo hiciese con nosotros. Antes de intervenir en los fallos de la otra persona, debemos aprender a trabajar los nuestros propios. Como suele decirse ‘que tire la primera piedra quien esté libre de pecado’. Antes de echar balones fuera debemos ordenar nuestra cancha. Debemos centrarnos, no en encontrar a la persona perfecta o intentar hacer perfecta a la persona con la que estamos sino en convertirnos nosotros en la persona perfecta para el otro. En salvar nuestros fallos, en reconocernos imperfectos y reconstruirnos, no por la otra persona, sino por nosotros mismos. No podemos pedir aquello que no damos.
- Los pasos para sanar una relación enferma son, primero de todo, el respeto, tanto por uno mismo como hacia la otra persona, como la aceptación y el reconocimiento de los fallos y aspectos que no funcionan. Evitar el conflicto y mirar hacia otro lado cuando aparece, desviando la atención para así engañarnos a nosotros mismos de que no existe no es una manera correcta de afrontar los problemas de pareja. Para ello debemos reconocer nuestros fallos y las dinámicas disfuncionales que se dan en la relación, y posteriormente intentar una manera diferente de resolverlo. Pues actuando de la misma manera solo llegaremos hasta el punto en el que nos encontramos ahora mismo.
- Para que haya un cambio real debemos trabajar en ello. No basta con escuchar o leer aquello que un profesional tiene que decirnos sino que debemos ponerlo en práctica. Al principio puede resultar complicado y seguramente nos veamos desbordados, sin saber por dónde empezar. Es recomendable empezar por el principio, aunque parezca redundante. Más vale un pequeño paso, un pequeño cambio que no cambios drásticos poco duraderos en el tiempo.
- Una buena técnica a poner en práctica puede resultar en el hablar aquello que para cada uno de los miembros cree que no funciona y buscar alternativas sobre cómo le gustaría a cada uno que fuesen las cosas y que funcionasen. Llegar a un acuerdo entre ambos, sobre qué aspectos cambiar, mejorar y mantener es crucial. Si tras hablar las cosas e intentarlo no se llegan a acuerdos que satisfagan a partes iguales a ambos miembros, debemos aceptar que la relación no funciona y terminarla de buena manera. No entrar en la dinámica tóxica de ni contigo ni sin ti, de estamos juntos pero te digo que no quiero estar contigo, pero si te alejas me acerco para recordarte nuevamente que no quiero estar contigo.
Las relaciones de parejas son un campo en el que podemos crecer y aprender muchas cosas, pero si no sabemos gestionarlas pueden ser también un arma de doble filo y podemos salir afectados y debilitados de ellas, por ello es importante aprender dinámicas sanas y favorables que nos hagan crecer y que aumenten nuestro bienestar personal.
Becca Lago