Los hábitos de las mañanas milagrosas
La forma en la que empezamos nuestros días es muy importante. Cuando nos levantamos, un nuevo día empieza, y con él, una nueva oportunidad. Esa nueva oportunidad puede traer consigo la consecución de objetivos que llevamos tiempo planteándonos, pero no terminan de materializarse, o cambios en nuestra rutina o en nuestro día a día, que no nos atrevemos a llevar a cabo. Si al levantarnos recordamos que ‘Hoy es el primer día del resto de tu vida’, como solían decir, puede que nuestra forma de afrontar el inicio de un nuevo día cambie. Pero para llevar a cabo estos cambios, es importante tener en cuenta la forma en la que empezamos nuestros días y sobre todo, las actividades que realizamos durante estas primeras horas.
A continuación, me gustaría hablaros de algunos de aquellos hábitos que hacen mis mañanas mi momento favorito del día. Y es que no necesitamos sentirnos presos de los horarios y de las obligaciones diarias si aprendemos estos pequeños trucos para convertir nuestras mañanas en ‘mañanas milagrosas’.
La felicidad y el bienestar están, la mayoría de las veces, ligadas a neurotransmisores como la dopamina y la serotonina. Aprendiendo qué tipo de actividades activan cada neurotransmisor e incorporándolas a nuestro día a día hará que, a la larga, nuestra vida sea más feliz y nos sintamos mejor.
Como habréis ya leído en otra de mis entradas de blog o en mi libro ‘El tarro de la felicidad’, yo soy partidaria de la idea de que la felicidad es algo que se encuentra día a día en pequeñas dosis, y no es aquella meta que te espera al final del camino.
Durante los últimos años, mi vida ha dado un salto cualitativo en materia de felicidad y bienestar. Leyendo a aquellos autores y autoras o profesionales de la psicología que tratan sobre la felicidad y el bienestar y en cómo cambiar tus costumbres puede ayudarte a tener una vida más feliz, me he dado cuenta de que, aquellos hábitos de los que hablan son los que yo practico en mi día a día y que poco a poco he ido añadiendo.
Al final, es cuestión de vivir con consciencia, con ‘consapevolezza’, esa palabra italiana que siempre me gustó, que aprendí durante mi intercambio Erasmus en Florencia en la facultad de Psicología, que tiene un aire de introspección consciente, de darnos cuenta, de analizar intencionalmente.
Por ello en esta entrada de blog me gustaría compartir con vosotras y vosotros aquellos pequeños hábitos que yo personalmente llevo a cabo en mi día a día, y ayudan a que mis días sean, en gran medida, felices y gratificantes.
+ Levantarse con el amanecer. Contemplar la salida del sol, apreciar la belleza de un amanecer, mientras agradecemos el nacimiento de un nuevo día, de una nueva oportunidad, y sentir los primeros rayos del sol acariciándonos el rostro, mientras todo se tiñe de ese color dorado y anaranjado del sol en el horizonte.
Numerosos estudios realizados en las últimas décadas demuestran que el contacto con la naturaleza aumenta los niveles de bienestar, así como acelera la recuperación en pacientes enfermos ya que el contacto con la naturaleza reduce la secreción de cortisol, la hormona del estrés.
+ Escuchar podcast o leer libros o artículos sobre crecimiento personal, sobre psicología o sobre temas que nos interesen. Cultivar la inteligencia, sobre todo, emocional, llevando a cabo actividades que nos ayuden en nuestro proceso de introspección, de conocernos mejor, de hacernos conscientes de nuestras emociones, anhelos, escuchándonos a nosotros mismos.
Además, la escritura terapéutica de un diario puede ayudarnos en este proceso de auto descubrimiento.
Cuanto mayor sea el conocimiento sobre nosotros mismos, mayor será nuestro grado de bienestar y nuestra confianza hacia la vida.
Aquellas actividades que nos hagan entrar en flujo -fluir, ese concepto ideado por ... en el que nos sentimos inmersos en una actividad que no es ni demasiado fácil ni demasiado difícil, pero que supone un reto cognitivo y nos sentimos envueltos por ella, prestando solamente atención al desarrollo de esta, son muy beneficiosas para nosotros. Encontrar aquella actividad que disfrutemos llevando a cabo y dedicarle un rato todas las mañanas.
Una segunda opción es aprovechar el tiempo que utilizamos para arreglarnos, ordenar y limpiar poniéndonos un podcast. Cuando realizamos tareas rutinarias de manera automática entramos en aquello que los psicólogos llamamos ‘micro flujo’, pues mientras nos encontramos envueltos en una tarea que no necesita altas capacidades cognitivas al ser parte de nuestra rutina -como conducir cuando no somos conductores noveles, o las ya mencionadas, limpiar, pasar la aspiradora...-, nuestra atención no necesita focalizarse en la tarea. En esos momentos podemos tener grandes ideas, o llegar a la solución de algún problema. Al mantenernos parcialmente ocupados, nuestra mente viaja y bucea en las aguas de la creatividad, hallando soluciones ingeniosas a cuestiones que puedan preocuparnos o a ideas que queramos desarrollar.
+ Practicar una afición: en mi caso, la escritura, la creación artística, la fotografía. Tener proyectos a los que dedicar nuestras horas y a través de los cuales desarrollarnos. Esta idea está muy ligada al punto anterior, pues si empezamos el día haciendo algo que nos gusta, empezaremos el día de mejor humor y con mayor energía.
+ Hacer una lista con tus objetivos diarios. Planifica tu día y cómo va a desarrollarse para así poder aprovechar al máximo tu tiempo. Pregúntate ¿qué objetivos quiero conseguir hoy? Algunos de mis objetivos son:
- Escribir, como mínimo 5 páginas y avanzar en mis proyectos artísticos
- Leer, como mínimo, un capítulo del libro que tenga entre manos
- Hacer, como mínimo 1:30h de deporte y más de 10.000 pasos diarios
- Dedicarme una hora a mi misma en soledad, enfocada al crecimiento personal
- Ver una película a la semana
- Un amanecer o un atardecer frente al mar una vez a la semana
- Una hora al sol
- Dedicar un rato de mi día a estar con las personas que quiero
- Una vez a la semana hacer algo que no había hecho nunca
- Llevar a cabo una buena acción, ayudar a alguien
Dependiendo de la semana o del día estos objetivos pueden variar, considero importante tener una lista de objetivos semanales y mensuales e ir revisándolos periódicamente para ver si los cumplimos. Tener un rumbo hacia el cual queremos dirigirnos es uno de los principales puntos para poder llegar a él.
Además, planificar tus días, teniendo un horario te permitirá aprovechar más el tiempo y realizar un mayor número de actividades, sobre todo si necesitas compaginar trabajo con tiempo para ti. Siempre puedes ser flexible con el horario que te plantees, pero estoy segura de que si lo sigues cumplirás más puntos de tu lista de objetivos.
La corriente filosófica del Estoicismo nos plantea las siguientes preguntas a la hora de llevar a cabo una acción:
¿Me acerca más a mi objetivo y a la persona que quiero ser?
¿Mi acción ayuda a dejar el mundo un poco mejor?
Creo que estas dos preguntas son una buena brújula sobre hacia dónde orientar nuestras acciones.
+ Beber mucha agua, mantener el cerebro y el cuerpo hidratados. Es importante beber entre 3 y 5 litros de agua al día. El cansancio muchas veces se debe a la deshidratación, cuyo signo más patente es la sed. No debemos esperar a beber agua cuando tengamos sed sino hacerlo de manera constante a lo largo del día. Si eres una persona a la que le cuesta beber agua, empezar tu día bebiendo un par de vasos de agua, y acabándolo de la misma manera te ayudará a aumentar tu consumo de agua. Yo, por ejemplo, durante la primera hora del día intento beberme medio litro de agua mientras leo y escribo y planifico mi día. Además, suelo llevarme siempre al gimnasio una botella de dos litros que procuro acabarme, y antes de dormir intento beber otro medio litro de agua. De esta manera tengo el resto del día para mantenerme más fácilmente hidratada.
Además de llevar una buena alimentación, rica en vitaminas, en frutas, verduras. Para optimizar nuestro rendimiento diario es importante llevar a cabo una alimentación saludable. Aumentar el consumo de verduras y frutas, un consumo moderado de cereales, y reducir o evitar el consumo de alimentos procesados, dulces...
+ Hacer deporte: en mi caso, una hora de entrenamiento de fuerza y una hora de cardio. El deporte activa la secreción de dopamina y serotonina. Todos conocemos la maravillosa sensación tras una sesión de entrenamiento. Empezar tu día, o acabar tu día con una sesión, además de regalarte tiempo para ti mismo, te ayuda a entrar en flujo y a mejorar considerablemente tu salud.
+ Disfrutar de tiempo en soledad. Como habrás leído en uno de mis puntos sobre mis objetivos diarios es pasar tiempo en soledad.
Para los artistas la soledad es un momento precioso, muy valioso, necesario para desarrollar nuestras creaciones. Solo cuando nos encontramos solamente en compañía de nosotros mismos podemos escuchar aquellos pensamientos que, al estar en compañía de otras personas, se mantienen silenciados o en un volumen más bajo. Encontrarnos en un lugar sin distracciones, ateniendo a nuestras ideas, a nuestras necesidades es esencial para nuestro crecimiento personal. Aunque la soledad no es solamente buena para los artistas. Todos necesitamos aprender a estar en soledad, aprender a conocernos, a escucharnos, a sentirnos a gusto de esta manera, sin tener la necesidad de estar acompañados.
Son numerosos los escritores que hablaban del bienestar que se produce cuando uno se encuentra a gusto en soledad.
La soledad es indispensable para el crecimiento personal, para el desarrollo de nuestra individualidad y para poner todos nuestros pensamientos y emociones en orden.
+ Agradecer un nuevo día. Para desarrollar el bienestar es indispensable practicar la gratitud. Sentirnos agradecidos y agradecidas de aquello que tenemos, que somos. Yo te recomiendo empezar tu propio tarro de la felicidad o diario de la gratitud. Llevar una lista de los buenos momentos y de la felicidad del día de ayer, de la semana, del mes, del año, y de tu vida en general. Si quieres profundizar un poco más sobre este tema lo encontrarás en una de mis entradas de blog anteriores. La idea es aprender a descubrir la felicidad, presente en pequeñas dosis.
+ Tomar el sol. Como mínimo exponernos durante una hora diaria al sol. El cuerpo produce la secreción de la vitamina D cuando éste se encuentra expuesto al sol. Todos conocemos el bienestar de los días de verano. Como he comentado en uno de los puntos más arriba, el contacto con la naturaleza es tremendamente beneficioso para nuestro bienestar.
+ Y por último, planificar un buen descanso. Es importante dormir entre 6 y 8 horas diarias para poder disfrutar de un rendimiento óptimo al día siguiente.
Espero que estos pequeños trucos puedan mejorar el bienestar de tu día a día. En entradas posteriores del blog iré ampliando alguno de los puntos arriba mencionados.
Recuerda que el cambio es como una ficha de dominó, una vez que cae una, caen todas las demás. Cambiar un hábito traerá consigo el cambio de los hábitos restantes, por ello te animo a que empieces y te atrevas a convertir tus mañanas en ‘mañanas milagrosas’.
Becca Lago