La importancia de cuidar nuestra salud mental: la labor de la psicología
Aun, a día de hoy, muchas personas siguen estigmatizando el asistir a terapia y aprender a cuidar de nuestra salud mental, y gran mayoría de las veces, continua asociándose a algo negativo. Como psicóloga, creo en la importancia de cambiar la perspectiva de este hecho, por eso, en el post de hoy, quiero hablar sobre qué significado le damos nosotros a aquello que hacemos en la terapia.
La terapia son pequeñas píldoras del bienestar, que resuenan en nosotros, tal vez no cuando las escuchamos en un primer momento, pero sí cuando de verdad las necesitamos.
Este es tu espacio seguro, aquí nadie va a juzgarte, aquí puedes ser tú misma, compartir tus pensamientos, tus sentimientos.
- Cuando aparezcan esos pensamientos intrusivos: Tú puedes decidir si, cuando llaman a la puerta, abrirles o no. Como cuando recibes una llamada, tú decides si contestar y si mantener o no la conversación. No estás obligada a ello.
- Y sobre la mochila emocional: Muchas veces, las experiencias, van acumulándose en nuestra mochila emocional, sin darnos cuenta, sin que seamos conscientes de ello. Y, de repente, un día la vida pesa. Y no sabemos por qué. Es entonces momento de parar. De poner la mochila sobre la mesa -junto al terapeuta- y de revisar qué llevamos dentro. ¿Me pertenece esta batalla? ¿Tengo que seguir cargando con ella? ¿Con esta culpa? ¿Con este resentimiento? Y poco a poco vamos sacando, uno a uno, todos los ítems, revisándolos y aprendiendo a gestionarlos. Aprendemos, además, que no perdonamos, por ejemplo, por la otra persona, sino por nosotros mismos, para que no nos pese ni nos duela, para soltar ese dolor que no nos pertenece, para liberarnos de esa carga, del daño que nos hicieron.
En terapia aprendemos a aligerar nuestra mochila emocional. Aprendemos a soltar, a transformar en aprendizaje, en resiliencia, en crecimiento, en sabiduría todas las experiencias que parecen quedársenos atragantadas.
Pero debemos hacerlo poco a poco. Masticar las experiencias, una a una. Para así, digerirlas, y dejar que se conviertan en alimento.
Aprendemos a aceptarnos, a normalizar, a querernos. Todos tenemos fallos y fortalezas, es normal y necesario.
Y aprendemos a ponernos en la peor de las situaciones:
¿Qué sería lo peor que te podría pasar?
¿Y si pasase, qué pasaría?
¿Ha pasado ya?
¿Y?
Y luego nos damos cuenta de que nada es tan grave como lo imaginamos.
Y nos hacemos conscientes de las batallas que hemos superado, los duelos que hemos superado, y a los que hemos sobrevivido.
Pues somos más fuertes de lo que pensamos.
Tenemos en nuestro interior más fuerza, más fortalezas y virtudes de las que creemos, de las que conocemos. Y aquí, en este espacio, venimos a hacernos conscientes de ellas.
Aquí venimos a buscar en nuestro interior, a sembrar, todo aquello que necesitamos, para encontrarlo dentro y no necesitar buscarlo fuera. Queremos aprender a estar con nosotras mismas, querernos y hacernos independientes. Pues no podemos querer ni aceptar a nadie si no lo hacemos primero con nosotros mismas, es nuestra forma de relacionarnos con el mundo.
Becca Lago