NY: la ciudad que nunca duerme. La magia de cumplir un sueño.
Hace una semana, tal día como hoy aterrizaba en la Gran Manzana.
Nueva York es la ciudad de mis sueños. Desde que empecé a tener un poco de conciencia y edad para planear el futuro siempre soñé con vivir allí. Supongo que el hecho de que la mayoría de las películas con las que creí fuesen rodadas allí, hizo que esta ciudad fuese el escenario de mis sueños y de mis proyectos de futuro.
Cuatro años después de la primera vez que pisé la ciudad de los rascacielos, vuelvo a ella. Y como mi último viaje, Florencia, la ciudad en la que viví durante algo más de un año, volver a una ciudad que ya conoces te enseña a verla y a disfrutarla de otra manera.
Cuando viajas, corres el riesgo de no volver siendo la misma persona que se fue. Como dicen ‘nunca vuelve quien se fue aunque regrese’, y creo que es cierto.
A mi, que me gusta viajar sola, y la mayoría de mis viajes los he realizado como solo female traveler, siento, a veces, que el miedo intenta anclarme a mi zona de confort y que no me valla. Pero como ya he aprendido a reconocerlo, no dejo que me convenza, pues sé que la sensación de desempolvar las alas, engrasarlas con valentía y echar a volar es una de las mejores sensaciones que puedo sentir.
A veces, me reconforta pensar que, solo serán unos días, y que cuando vuelva, todo será igual, todo estará en el mismo lugar tras este lapso de tiempo. Aunque esta vez sea diferente. Siento que tras este viaje todo ha cambiado, yo he cambiado.
Volver a la ciudad de tus sueños y vivir allí durante unos días no te deja indiferente. La resaca emocional tras el viaje es una consecuencia inevitable.
Uno de mis propósitos de este viaje era descubrir si, después de tantos años, y de todo lo que ha llovido desde aquella primera vez -la cantidad de viajes, los nuevos proyectos, la nueva versión de mi misma…-, desearía seguir viviendo allí. Y, más convencida aun que la primera vez, mi respuesta es sí. Este viaje me ha hecho darme cuenta de que NY tiene todo aquello que necesito en un ciudad. Es la ciudad en la que puedo ser yo misma.
Lo bonito de viajar es encontrar tu hogar en el camino. De toparte con lugares que te hacen sentir como en casa.
Viajar es ampliar tu zona de confort.
La vida es bella y sobre todo, cuando la vives de esta manera.
Becca Lago