El segundo de mis libros, titulado ‘Wanderlust y otras palabras sin traducción’, habla de palabras que, como su título indica, no tienen una traducción directa al español. Palabras de otras lenguas y culturas, como el alemán, el chino, o el sueco, que expresan conceptos y realidades con las que su gente comparte su día a día.
Como sabemos, el lenguaje expresa nuestra realidad. Nuestra realidad depende de la riqueza de nuestros pensamientos y de nuestro lenguaje. A medida que nos vamos haciendo adultos y vamos mejorando en nuestra capacidad lingüística, nuestro mundo va adquiriendo mayores matices. Somos capaces de detallar y apreciar con más intensidad aquello que nos rodea. Nosotros, los escritores y escritoras utilizamos una gran cantidad de palabras que expresan exactamente aquello que queremos transmitir. Por ello, me pareció muy interesante recopilar en un libro, o como yo suelo definirlo, en un diccionario visual, aquellos conceptos recogidos de esas otras culturas a fin de hacer nuestra realidad un poquito más rica.
Todos conocemos la sensación de la luz del sol filtrándose a través de las hojas de los árboles, pero no todos sabíamos que existe un concepto para definirlo, o esa ilusión que experimentamos cuando estamos a punto de iniciar un viaje, o esa conexión entre dos miradas que todos, alguna vez, hemos vivenciado. Son sensaciones que conocemos, pero no siempre podemos darles un nombre. En ‘Wanderlust y otras palabras sin traducción’, menciono algunas de ellas, acompañadas con fotografías de mis viajes alrededor del mundo, por Canadá, Estados Unidos y varias ciudades de Europa, entre otros lugares.
Recopilo ese abanico de sensaciones que, junto con las fotografías, nos transportan aun más a aquello que las palabras significan. Al fin y al cabo, la riqueza que nos aporta viajar y conocer nuevas culturas, se define también por aprender nuevas palabras que desconocíamos para ampliar nuestra realidad, nuestros recuerdos, y vivir nuestra vida más intensamente.

Becca Lago